El conductor de este tipo de cables es de cobre o aluminio, y el aislamiento es seco, lo que permite que sean más seguros y sostenibles que los que utilizan aceite fluido. Los materiales más utilizados son el XLPE (polietileno reticulado) y el EPR (caucho de etileno propileno).

La composición del cable tripolar continúa con una armadura (protección mecánica) y los hilos de la cubierta exterior, ambos comunes a las tres fases.

Una vez tendidos sobre el lecho marino, estos cables se protegen para evitar los daños por agresiones externas. Para ello, se utilizan técnicas de enterramiento como el jetting (cuando el sustrato es arenoso), el trenching (en presencia de roca), las matrices de hormigón o las conchas metálicas.