Habitualmente tienen uno o dos circuitos eléctricos formados por tres fases cada uno. Dependiendo del número de conductores que tenga cada fase se las denomina simplex (uno), dúplex (dos), tríplex (tres) o cuádruplex (cuatro).

Los conductores más utilizados en nuestra red de transporte son del tipo ACSR, de aluminio con alma de acero y pueden alcanzar una temperatura máxima en régimen permanente de 90 ºC. La temperatura de los conductores determina la flecha y la curvatura del cable entre dos apoyos y ambas están directamente relacionadas con la capacidad de transporte de la línea, a más temperatura, mayor flecha y más capacidad para transportar electricidad.

A lo largo de su recorrido, los conductores y cables de tierra se sujetan en los apoyos. La tipología predominante es la estructura de celosía auto soportada con cimentaciones independientes para cada una de las cuatro patas sobre las que se sujeta esta estructura.

Asimismo, la sujeción de los conductores con el apoyo se realiza a través de las cadenas de aisladores. Estos dispositivos son de vidrio o composite, según el nivel de contaminación de la zona en la que se encuentra la instalación, y su función es soportar los cables y aislarlos eléctricamente del apoyo, evitando una posible derivación eléctrica.