Las subestaciones eléctricas son una parte fundamental de la red de transporte. Con ellas logramos adaptar la tensión para lograr una potencia adecuada y segura en función de cada necesidad; integramos la generación eléctrica, en nuestro país, procedente década vez más de fuentes renovables y nos sirven como ejes para llevar la energía eléctrica todo el territorio.

Pero entonces, ¿cuándo una subestación es GIS? Las siglas GIS hacen referencia a la traducción del inglés de “subestación aislada por gas” (Gas Insulated Substation). Este tipo de aislamiento es su principal característica y permite reducir la distancia de sus componentes por la alta rigidez dieléctrica del gas aislante encapsulado en este tipo de instalación. Esta circunstancia es la que también nos lleva a hablar de subestaciones encapsuladas.

Su alta compacidad, nos permite optimizar al máximo la superficie ocupada por una subestación, algo especialmente útil en entornos urbanos, donde hay mayor escasez de terreno disponible para la construcción de subestaciones. Una tecnología que nos permite ocupar una superficie un 90% menor que una subestación a la intemperie.

Actualmente contamos con alrededor de 200 subestaciones GIS, perfectamente integradas en el entorno, con un impacto visual reducido y que aseguran un suministro de electricidad con altos niveles de calidad y la máxima seguridad a ciudadanos y empresas.

Un ejemplo reciente lo encontramos en Barcelona, donde hemos puesto en servicio la nueva subestación de Cerdà 220kV, destinada al impulso de la transición energética, la dinamización de la economía y la electrificación de la industria en la región.

Ubicada en la Zona Franca, la nueva subestación es indispensable para dar apoyo a los proyectos de transformación energética del Puerto de Barcelona, y para atender los nuevos suministros del barrio de la Marina, los nuevos consumos en la zona Franca y las necesidades del Aeropuerto de Barcelona.